Cuando era chica, en mi casa se festejaba el 25 de mayo desde la mañana, tomando un delicioso chocolate en taza, puro, espeso, exquisito, preparado por mi abuela o por mi mamá. Así comenzaba un día de tradición en el que la familia se reunía al mediodía para comer empanadas y locro, o por la tarde para no perderse los pastelitos caseros rellenos con membrillo o dulce de batata con su inconfundible lluvia de grana de colores. Una escarapela por aquí y otra por allá, teñían el día de celeste y blanco, conmemorando siempre el deseo de ser libres desde 1810. Fiel a la tradición y para este mes en particular, en Amalia Chocoteca preparamos unos bloquecitos individuales de chocolate para taza , especiales para que este 25 de mayo revivamos ese sabor intenso de la niñez en un día patrio.-